Además de cautivarnos con esta naturaleza que nos envuelve no podemos dejar de admirar este guía baqueano que conserva algunas costumbres, como el uso de la canoa a botador y de los caballos, sin los cuales en algunas áreas sería imposible moverse. Otra característica son los pies descalzos, que en muchas ocasiones van acompañados de espuelas y polainas. Esto ha sido tomado erróneamente como signo de pobreza cuando en verdad se trata de una cuestión práctica, ya que la mayor parte del tiempo los pies están en el agua.
Estos ibereños son una bitácora de las aguas brillantes y son los principales guardianes de la naturaleza que nos esperan a vivir una experiencia increíble.
Está actividad dura una hora y puede combinase con la canoa cinchada.